Mi camino en la cocina comenzó hace 18 años, y desde hace más de una década, la repostería se convirtió en mi forma favorita de crear y conectar. Acróstico nació como una idea entre amigas, con la ilusión de hacer helados artesanales. Con el tiempo, cada una tomó su rumbo… y yo me convertí en mamá de una hermosa princesa. Fue entonces cuando sentí con más fuerza el deseo de retomar Acróstico. Esta vez con un nuevo propósito: emprender desde casa, a mi ritmo, mientras disfruto y acompaño el crecimiento de mi hija. Acróstico es ahora mi forma de seguir creando, compartiendo sabores y emociones, y al mismo tiempo estar presente en la etapa más especial de mi vida. Cada galleta y postre que sale de mi cocina está hecha con dedicación, con historia… y con mucho amor.